CÓRDOBA, 12 Ene. 12 (ACI).-En su última carta semanal titulada "Huid de la fornicación", el Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, alertó sobre el hecho que los medios de comunicación y las escuelas incitan de manera continua a esta práctica, en vez de formar a los jóvenes en la castidad y el recto uso de la sexualidad.
Al inicio de la carta, publicada en el sitio web de la diócesis de Córdoba, el Obispo afirma que "impacta escuchar tan directamente esta palabra en la liturgia de este domingo. Parece dirigida especialmente a nuestro tiempo, donde la incitación a la fornicación es continua en los medios de comunicación, en el cine, en la TV, incluso hasta en algunas escuelas de secundaria, dentro de los programas escolares".
Mons. Fernández recuerda luego que el Evangelio también tiene algo que decir en cuanto a la sexualidad humana, ya que cuando es "vista con ojos limpios es el lenguaje y la expresión del amor verdadero, de un amor que no busca sólo su interés y su satisfacción, sino que es donación, entrega".
"Un amor que busca la felicidad del otro y que está dispuesto al sacrificio y a la renuncia. Un amor que tiene su ámbito y su cauce en el matrimonio estable y bendecido por Dios", añadió.
El Obispo de Córdoba explicó también que "la castidad es la virtud que educa la sexualidad, haciéndola humana y sacándola de su más brutal animalidad. Cuando la sexualidad está bien encauzada, la persona vive en armonía consigo misma y en armonía con los demás, evitando toda provocación o violencia. La castidad viene protegida por el pudor".
Cuando la sexualidad está desorganizada, alertó, "es como una bomba de mano, que puede explotar en cualquier momento y herir al que la lleva consigo".
"Y esto sea dicho para todos los estados de vida: para la persona soltera, en la que no hay lugar para el ejercicio de la sexualidad, para la persona casada, que ha de saber administrar sus impulsos en aras del amor auténtico, para la persona consagrada, que vive su sexualidad sublimada en un amor más puro y oblativo".
Mons. Fernández afirmó además que sí "es posible llegar virgen al matrimonio, aunque el ambiente no sea favorable".
Es posible también, escribió, "vivir una consagración total, de alma y cuerpo, al Señor como una ofrenda al Señor que beneficia a los demás. Es posible ser fiel al propio marido, a la propia mujer".
"Más aún, a eso invita la Palabra de Dios en este domingo, huyendo de la fornicación. Y la Palabra de Dios tiene fuerza para que se cumpla en nuestras vidas", agregó.
Finalmente el Prelado resaltó que "el cristianismo es la religión de la redención de nuestra carne. Nuestro amor a Dios, a Jesucristo, pasa por nuestro cuerpo. La gracia de Dios es capaz de organizar nuestra sexualidad humana y hacerla progresivamente capaz de expresar el amor más auténtico, el único que hace feliz a toda persona humana".
Al inicio de la carta, publicada en el sitio web de la diócesis de Córdoba, el Obispo afirma que "impacta escuchar tan directamente esta palabra en la liturgia de este domingo. Parece dirigida especialmente a nuestro tiempo, donde la incitación a la fornicación es continua en los medios de comunicación, en el cine, en la TV, incluso hasta en algunas escuelas de secundaria, dentro de los programas escolares".
Mons. Fernández recuerda luego que el Evangelio también tiene algo que decir en cuanto a la sexualidad humana, ya que cuando es "vista con ojos limpios es el lenguaje y la expresión del amor verdadero, de un amor que no busca sólo su interés y su satisfacción, sino que es donación, entrega".
"Un amor que busca la felicidad del otro y que está dispuesto al sacrificio y a la renuncia. Un amor que tiene su ámbito y su cauce en el matrimonio estable y bendecido por Dios", añadió.
El Obispo de Córdoba explicó también que "la castidad es la virtud que educa la sexualidad, haciéndola humana y sacándola de su más brutal animalidad. Cuando la sexualidad está bien encauzada, la persona vive en armonía consigo misma y en armonía con los demás, evitando toda provocación o violencia. La castidad viene protegida por el pudor".
Cuando la sexualidad está desorganizada, alertó, "es como una bomba de mano, que puede explotar en cualquier momento y herir al que la lleva consigo".
"Y esto sea dicho para todos los estados de vida: para la persona soltera, en la que no hay lugar para el ejercicio de la sexualidad, para la persona casada, que ha de saber administrar sus impulsos en aras del amor auténtico, para la persona consagrada, que vive su sexualidad sublimada en un amor más puro y oblativo".
Mons. Fernández afirmó además que sí "es posible llegar virgen al matrimonio, aunque el ambiente no sea favorable".
Es posible también, escribió, "vivir una consagración total, de alma y cuerpo, al Señor como una ofrenda al Señor que beneficia a los demás. Es posible ser fiel al propio marido, a la propia mujer".
"Más aún, a eso invita la Palabra de Dios en este domingo, huyendo de la fornicación. Y la Palabra de Dios tiene fuerza para que se cumpla en nuestras vidas", agregó.
Finalmente el Prelado resaltó que "el cristianismo es la religión de la redención de nuestra carne. Nuestro amor a Dios, a Jesucristo, pasa por nuestro cuerpo. La gracia de Dios es capaz de organizar nuestra sexualidad humana y hacerla progresivamente capaz de expresar el amor más auténtico, el único que hace feliz a toda persona humana".
No hay comentarios:
Publicar un comentario