Son maniquíes que en ocasiones se encuentran en una situación aterradora, como si se tratara de personas en peligro.
De hecho algunos transeúntes han llamado al 911 o al servicio de ambulancia creyendo que efectivamente alguien se encontraba en riesgo.
El artista dice que le gusta cuando la gente cuestiona su entorno, cuando tienen dudas sobre lo que es real o no. “Todo el mundo está enterrado en sus celulares, yo lo quiero es que miren a su alrededor”, asegura.
Jenkins describe a sus personajes como solitarios en lugares oscuros aunque a veces son poéticos.